Tiempo de siembra. Cuando era adolescente tenía que ir con tractor de mi famila para arar. Había mucha demanda en la comunidad. Todos requerían del servicio casi al mismo tiempo por las lluvias y por los días especiales para sembrar. Las familias esperaban ese día con sus semillas listas y sus walmos para sembrar apenas se haya roturado la tierra.
Recuerdo a una tía de la comuna, que me pidió que me bajara de la máquina para mostrarme especialmente el lugar donde quería que le are su wachos o surcos. Me indicó cual era el surco para el maíz waytarilla, cual el de maíz negro y cual el de canguil. Vi además su kincha, su corralito de plantas, con matitas de ají, manzanilla, cedrón, y hasta unas rosas en miniatura.
Sentí todo el amor con el que ella esperaba este tiempo para poder depositar la semilla en la tierra, con la esperanza de tener en el maíz sustento para ella y su familia. Para ella era imperdonable dejar algún parche de su parcela sin sembrar.
Nos debemos a la tierra sentimos un llamado tan profundo a cultivar con esperanza; y aunque luego venga la sequía y perdamos la cosecha, con la misma fe insistiremos el shamuk wata, el año que viene, pues no sembramos para lucrar. Sembramos para estar en armonía con la Pacha mama y con el creador.
domingo, 8 de octubre de 2017
Tiempo de Kolla Raymi
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